Expulsada de su hogar, Micaela Cruz acepta a regañadientes casarse de inmediato con Fernán León, su antiguo instructor militar. Lo que parecía un trato por conveniencia pronto revela una verdad: él había planeado ese encuentro y ese destino junto a ella desde hacía años.
Lleva desde niña secretamente enamorada de él, sin imaginar que una sola noche juntos arruinaría sus sueños, ya que él cree que todo ha sido una trampa y la echa de su vida, furioso. Años después, el destino los reúne y todo se descontrola cuando descubre que no puede contener el deseo que aún siente por ella.